Por Pilar García
El 23 de agosto de 1973, se registró un robo en el Banco de Crédito (Kreditbanken) de Estocolmo, Suecia.
El responsable de este delito, un hombre llamado Jan-Erik Olsson, mantuvo como rehenes a 3 mujeres y un hombre que laboraban en el banco a cambio de que se cumplieran sus demandas: la entrega de 3 millones de coronas suecas, un vehículo, 2 armas y la liberación de Clark Olofsson, hombre que cumplía con su condena en una de las prisiones de ese país.
Las víctimas permanecieron secuestradas durante 131 horas, hasta que se pudo realizar su rescate 5 días después, el 28 de agosto.
Al ser entrevistados después de su liberación, relataron que durante el cautiverio experimentaron una conexión intensa con sus agresores. Mencionaban que sentían más miedo de la policía que de sus secuestradores y este sentimiento fue tan fuerte que se negaron a testificar en su contra, incluso creando un Fondo de Defensa Legal para ayudar a solventar los gastos de honorarios de los abogados que los defendían.
Fue entonces cuando el psiquiatra, Nils Bejerot, el cual estaba fungiendo como asesor de la policía sueca durante el asalto, nombró a la reacción que tuvieron los rehenes ante esta situación como el "Síndrome de Estocolmo".
¿QUÉ ES EL "SÍNDROME DE ESTOCOLMO?
El "Síndrome de Estocolmo" se define como el estado psicológico en el que una persona detenida contra su propia voluntad, o víctima de una relación abusiva, desarrolla una relación de complicidad con su agresor.
Las personas que presentan esta condición, suelen presentar conductas específicas así como pensamientos muy característicos con los que se logra realizar su diagnóstico, algunos de ellos son:
La Oficina Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI), realizó una investigación sobre esta condición, en la cual, analizaron un poco más de 1200 incidentes de toma de rehenes para determinar cuáles eran las condiciones que hacían más susceptible a una persona a presentar el síndrome. Lo que encontraron fue que el 92% de las víctimas no desarrollan este estado.
Estos hallazgos también ayudaron a identificar condiciones que propician la aparición de este síndrome en las víctimas:
TEORÍAS ACERCA DEL DESARROLLO DEL SÍNDROME DE ESTOCOLMO:
Los datos que nos han permitido conocer más sobre este síndrome, se han obtenido a través de casos de víctimas de secuestro y abuso en las últimas décadas. Aún quedan muchas incógnitas sin resolver acerca de por qué se presenta en un determinado número de individuos y cuáles son las características que pueden propiciar que una persona lo experimente o no. Aquí vamos a mencionar dos teorías que intentan explicar el origen de este síndrome:
1: DISONANCIA COGNITIVA: aceptar la mentira como verdad
Esta teoría fue propuesta por el psicólogo norteamericano Leon Festinger, el cual sostiene que los seres humanos tenemos una fuerte necesidad de que nuestras creencias, actitudes y conductas sean coherentes.
Cuando una de estas cogniciones entra en conflicto, experimentamos incomodidad, tensión y ansiedad; acompañada por sentimientos de culpa, enfado, frustración y vergüenza. Es entonces que como mecanismo de defensa creamos justificaciones a nuestro comportamientos que nos auxilien a cambiar estas creencias o actitudes.
Este psicólogo comentaba que en ocasiones somos más leales y comprometidos con situaciones que parecen difíciles, incómodas e incluso humillantes.
2: INVERSIÓN EMOCIONAL:
Es común observar en relaciones de abuso, que la víctima muchas veces no quiere abandonar a la otra persona por el tiempo y las situaciones que han experimentado juntos... la inversión emocional es precisamente esto.
Cuantos de nosotros no hemos tenido problema en abandonar un trabajo en el que nos sentimos devaluados, relaciones conflictivas que ya no nos hacen felices o hábitos que no son congruentes con nuestra forma de pensar actual, simplemente porque llevamos mucho tiempo haciendo lo mismo y abandonar estas situaciones sería como "tirar a la basura" todo el tiempo y esfuerzo invertidos en estas actividades.
Las personas que experimentan el "Síndrome de Estocolmo", tienden a reportar los mismos síntomas que los individuos diagnosticados con Trastorno de Estrés Postraumático: insomnio, pesadillas recurrentes, irritabilidad, dificultad de concentración, confusión mental, fácil exaltación, anhedonia (no experimentar placer con actividades que antes me gustaban), desconfianza y recuerdos muy presentes de la situación de conflicto (flashbacks).
No cabe duda que aún queda mucho por aprender de este síndrome, ¿cuáles son sus principales causas?, ¿qué nos predispone a padecerlo? e incluso ¿cuál sería la mejor forma de prevenirlo y afrontarlo?; sin embargo, por ahora sólo nos queda entender mejor la información con la que contamos y seguir atando los cabos sueltos de este interesante estado psicológico.
FUENTE:
García-Allen, J. (s.f.). Disonancia cognitiva: la teoría que explica el autoengaño. Obtenido de Psicología y Mente:https://psicologiaymente.net/psicologia/disonancia-cognitiva-teoria-autoengaño
García-Allen, J. (s.f.). Síndrome de Estocolmo: amigo de mi secuestrador. Obtenido de Psicología y Mente:https://psicologiaymente.net/clinica/sindrome-de-estocolmo-secuestrador
Guerri, M. (s.f.). El Síndrome de Estocolmo: cuando la víctima empatiza con su abusador. Obtenido de Psicoactiva:https://www.psicoactiva.com/blog/sindrome-estocolmo-cuando-la-victima-empatiza-abusador/
Suárez, J. D. (s.f.). Un impactante corto nos brinda una de las enseñanzas más importantes de la vida: Saber cuándo desistir . Obtenido de Rincón de la Psicología:https://www.rinconpsicologia.com/2017/02/corto-inversion-emocional-desistir.html