11 Dec
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Por Pilar García

"No habrá nadie como nosotros cuando nos hayamos ido, no hay nadie como cualquier otra persona, nunca. Cuando las personas mueren, no pueden ser reemplazadas. Salen agujeros que no se pueden llenar, ya que es el destino (el destino y la genética neuronal) de todo ser humano, ser un individuo único, para encontrar su propio camino, para vivir su propia vida, y morir su propia muerte". -Oliver Sacks-

BIOGRAFÍA:

     Oliver Wolf Sacks nació en Londres el 9 de julio de 1933, en el seno de una gran familia judía.

     Su padre (Samuel Eliezer Sacks), médico internista nacido en Lituania y su madre (Muriel Elsie Landau), una de las primeras mujeres en el Reino Unido que practicaban la cirugía; eran grandes aficionados de la ciencia, hecho que tuvo una gran influencia en sus cuatro hijos: Marcus, David, Michael y Oliver.

     Oliver divide su infancia en dos fases: la primera, una niñez agradable en compañía de sus muchos tíos y primos, llena de experimentos y aprendizaje; y la segunda, marcada a partir del inicio de la Segunda Guerra Mundial, debido a la decisión que tomó el gobierno británico de evacuar a niños y mujeres de Londres.

     Oliver y su hermano Michael, se trasladaron a un internado en Midlands por los siguientes cuatro años. Ambos recuerdan esta etapa como un suplicio, ya que consideraban a sus profesores crueles y deseaban regresar  con desesperación a su ciudad natal. Durante esta etapa, Michael sufrió un brote psicótico (esquizofrenia) y Oliver dejó de creer en la religión.

     Al terminar la guerra, Oliver continuó con sus estudios en la "Saint Paul´s School de Londres" y en "Queen´s College" en Oxford. Fue aquí donde descubrió su pasión por las motocicletas y adquirió consciencia de su orientación sexual. Esta última noticia provocó el rechazo de su madre, la cual era sumamente devota a su religión y educación tradicional.

     Siguió con sus estudios y tuvo un fracaso parcial cuando intentó dedicarse a la investigación científica orientada a temas en nutrición. Su familia, al enterarse de este suceso, decidió enviarlo a Israel durante el verano de 1955, para que pasara tiempo en un kibutz.

     De ahí, decidió seguir viajando por el Mar Rojo y Ámsterdam, para finalmente regresar a Inglaterra, lugar donde terminó sus estudios en 1958.

     Abandonó Londres al terminar sus prácticas médicas y se fue a Canadá, lugar donde trató de enlistarse como piloto. Al poco tiempo se dirigió a E.U.A. y encontró trabajo en "Mount Zion Hospital" en San Francisco; donde trabajó con célebres neurocirujanos tales como: Gran Levin y Bert Ferinstein. Se convertiría en médico internista algunos meses después.

     En 1962, se matriculó en la Universidad de California-Los Angeles para especializarse en neurología. Su curiosidad por entender la alteración de las funciones cerebrales, lo llevaron a experimentar con diversas drogas y desarrolló una fuerte dependencia a algunas de ellas (LSD).

     Recibió una beca para estudiar neuroquímica y neuropatología en el año 1965; e inicio sus estudios en el Albert Einstein College of Medicine, ubicado en Nueva York. Diez años después, comenzaría a trabajar en el instituto como profesor asociado de neurología.

     Realizó viajes a través de Micronesia y Guam, lo cual le permitió estudiar enfermedades neurológicas particulares en esas islas.

     En el año 2007, se enlistaría como profesor en la Facultad de Neurología y Psiquiatría de la Universidad de Columbia en Nueva York.

     A partir de 1990, comenzó a recibir doctorados honoris causa de las universidades más importantes de todo el mundo, tanto en sus trabajos médicos como en los literarios.

     En 2005, queda parcialmente ciego del ojo derecho al someterse a un tratamiento de radioterapia para combatir un melanoma; años después confiesa en uno de sus escritos que sufría de Prosopagnosia, patología que le impedía reconocer correctamente los rostros de las personas.

     Conoció al que se convertiría en su compañero de vida, el fotógrafo Bill Hayes, al momento de tener 77 años de edad. Muere el 30 de agosto de 2015 en su hogar ubicado en Manhattan, Nueva York.

UN NUEVO ESTILO PARA TRATAR AL PACIENTE:

     Oliver Sacks comienza a laborar en una Clínica del Bronx especializada en el tratamiento de migrañas. Inspirado en las historias compartidas por pacientes de ese centro, decide publicar su primer libro en el año de 1970, llamado "Migrañas". Fue recibido con escepticismo por parte de algunos compañeros médicos e investigadores, al igual que con múltiples reconocimientos por tratarse de una obra tan bien redactada y de fácil lectura.

     A la par, decidió comenzar a laborar en el "Beth Abraham Hospital" en Nueva York, donde comenzó a atender pacientes con secuelas de Encefalitis Letárgicas, así como personas afectadas con la Enfermedad de Parkinson.

     Sacks trabajó con sus pacientes, buscando siempre mejorar sus condiciones de vida en todos los ámbitos. Su principal objetivo era sacarlos del aislamiento y la somnolencia profunda en la que se encontraban.

     Durante esa época, apareció el fármaco "L-Dopa", considerado una sustancia casi milagrosa por el efecto estabilizador que tenía en pacientes con Encefalitis Letárgica, así como la recuperación gradual de su funcionalidad. Sacks trabajó con este fármaco en distintos pacientes, y fue así como se dio cuenta que los resultados del medicamento variaban de acuerdo a cada persona:

  • Rose R.: conocida como "La Bella Durmiente", experimentó algunos de los beneficios del medicamento, al igual que la aparición de efectos secundarios.
  • Magda B.: recuperó la palabra y la autonomía. Restableció vínculos con sus familiares.
  • Leonard L.: experimentó una mejora repentina hasta que sufrió un deterioro drástico (tics, alucinaciones y delirios).

     Sacks pensaba que la enfermedad y el sufrimiento; la curación y la recuperación, constituyen las coordenadas dentro de las cuales se mueve la existencia humana.

     Al trabajar con cada uno de sus pacientes, obtuvo una oportunidad para describir las dificultades, los retos y los mecanismos de adaptación y compensación que ponían en práctica los individuos que vivían con trastornos neurológicos. La salud de la que hablan los textos médicos, varía de acuerdo al caso, así como la enfermedad y la mente de cada persona. Conceptos como salud y enfermedad sólo adquieren sentido cuando se entiende quienes son sus protagonistas.

     Este estilo de tratamiento no era nuevo; Oliver Sacks se inspiró del médico y psicólogo soviético Aleksandr Románovich Lúriya, cuyos casos clínicos representaban en su opinión, el lugar donde la ciencia se transforma en poesía.

     Sus libros se convirtieron en obras de referencia para toda una generación, los cuales marcaron de forma importante la cultura , ya que acercan a los lectores a la neurología, sea cual sea su edad o procedencia.

     Su terapia consistía en tratar al paciente como un ser humano y no como un simple caso de estudio. Se acercó a la medicina como un humanista.

     Es importante agregar, que así como era admirado debido a sus múltiples escritos, también había figuras importantes que criticaban fuertemente su trabajo. Uno de ellos fue Tom Shakespeare, activista británico que se ha dedicado a luchar por los derechos de las personas con discapacidad, el cual considera que Sacks se aprovechó de los casos de sus pacientes para labrarse una carrera literaria. Oliver rechazó estas acusaciones y dijo que su único propósito fue acercar a la gente a una rama del conocimiento de forma sencilla.

     No cabe duda que el trabajo y carrera de Oliver Sacks, formarán parte del acervo cultural del mundo, gracias a la investigación de trastornos tales como la epilepsia, el síndrome de Tourette, el autismo, la enfermedad de Parkinson, el síndrome del miembro fantasma, entre muchos otros.

LIBROS:

     Si te interesa leer más acerca de este personaje, aquí te dejamos la lista de sus obras más significativas:



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