Por Pilar García
"El secreto es no correr detrás de las mariposas... Es cuidar el jardín para que ellas vengan a ti. Al final de cuentas, vas a encontrar, no a quien estabas buscando... sino a quien te estaba buscando a ti" - Mario Quintana -
Estar enamorado es uno de los estados más hermosos que podemos experimentar en la vida. De repente todo se llena de luz y calor, nos vemos atrapados por la personalidad de alguien más y deseamos que el tiempo se detenga para poder disfrutar eternamente de toda esa felicidad. Conocemos a esa persona poco a poco, aprendiendo hasta el más mínimo detalle de su vida: ¿toma café por las mañanas?, ¿cuál es su color favorito?, ¿qué película lo(a) hace llorar sin parar?
Nos imaginamos que sería estar con él/ella por mucho tiempo, aprendiendo de sus intereses y creciendo a su lado...
La ruptura sentimental es una de las principales causas de ansiedad en la actualidad. Ocasiona una preocupación intensa, excesiva y persistente en la persona que la experimenta, afectando diferentes ámbitos de su vida diaria.
¿Alguna vez la has experimentado?, ¿la taquicardia, la sensación de angustia e incluso el dolor emocional y físico que aparece después de haber terminado una relación con alguien más?
Y es que la vida cambia de un momento a otro, ¿no te parece?... de estar en una pareja pasamos a estar "solos", la compañía se transforma en silencio, nuestra rutina cambia y muchas otras modificaciones son hechas en un período muy corto de tiempo. Todos estos sentimientos son válidos, al final del día nos encontramos atravesando un duelo muy importante y todo esto nos puede ocasionar síntomas de ansiedad, pero ten en cuenta que nada dura por siempre... incluyendo lo que sientes ahora.
Los primeros días consecutivos a nuestro rompimiento, pueden estar llenos de una profunda tristeza y pensamientos negativos. Nuestro estado de ánimo se encuentra muy bajo, porque toda nuestra atención está enfocada en lo que acabamos de perder; recordamos todos los momentos vividos y pensamos que no hay forma de encontrar a alguien igual de "perfecto", a alguien que nos ame tanto como esa persona y con quien nos sintamos igual.
Ten presente que idealizar a una persona es cortar de tajo sus defectos y áreas de oportunidad, quedándote sólo con lo más bello que tiene; magnificando sus virtudes e ignorando aquello que en su momentos no nos agradaba. Estos pensamientos distorsionan nuestra realidad y no nos permiten avanzar en el proceso de duelo. Recuerda que una pareja se conforma por dos personas, y ambos tienen la misma carga de responsabilidad en la relación, no es sano tomar posturas extremas al momento de "asignar culpas" por el rompimiento de su historia.
Después de unos días, comienza el cambio. Empezamos a ordenar nuestra rutina, disfrutando nuevamente de nuestras actividades diarias y, tal vez, experimentando de nuevos intereses. Estás dando pasos cortos pero firmes hacia una nueva versión de ti misma(o), no olvides de disfrutar de este nuevo capítulo en tu historia.
Por último, ya que hayan pasado unas cuantas semanas, te sentirás lista(o) para comenzar a evaluar lo que pasó en la relación y aprender de ello. Cada relación te deja una lección; hacerte consciente de lo que te gustó y lo que no te gustó de ella, te puede ayudar enormemente cuando elijas iniciar una nueva historia con alguien más.