Por Pilar García
"Deja que cada año nuevo encuentre a una mejor versión de ti mismo" - Benjamin Franklin -
El año en curso está a punto de terminar; un año que trajo consigo cambios importantes, momentos que te pudieron haber causado gran alegría o tristeza y que llevas contigo como aprendizajes para ayudarte a hacer frente a los retos que aguardan por ti. Es fácil soñar con lo que el próximo año puede significar en nuestras vidas, lo que nos va a traer: ¿un trabajo que me encante?, ¿enamorarme como nunca antes?, ¿viajar al sitio que siempre he soñado?, ¿comprar la casa de mis sueños?... ¿te lo puedes imaginar?
Ya es tradición elaborar una lista de objetivos que queremos cumplir para el próximo diciembre, los propósitos de año nuevo; y aunque mucha gente se esmera pensando qué es lo que quiere lograr en los próximos meses, sólo el 20% del total de las personas que siguen esta práctica consigue llegar a sus metas... más de la mitad de las personas que inician, fallan en el intento.
La tradición de festejar año nuevo no es nada nueva, se remonta a hace 4 mil años en la ciudad de Babilonia, uno de los sitios más importantes de toda Mesopotamia; los habitantes de la zona realizaban anualmente el Festival Akitu, uno de los festejos más antiguos de los que se tiene registro en esa época. Consistía en agradecer a los dioses por la llegada de un nuevo ciclo, ya que esta, coincidía con el inicio de la primavera. La gente realizaba promesas a los dioses y de esta forma se auguraba un buen año para todos.
A partir del año 45 a.C., la llegada de un nuevo año comenzó a tomarse en cuenta desde el primer día del mes de enero, todo esto porque el emperador romano Julio César, ordenó que el calendario tuviera 12 meses en total. La llegada del año nuevo coincidía con la fecha en la que cónsules romanos asumían cargos, y así comenzó a asociarse este día con nuevos e importantes inicios.
Hoy en día los propósitos que elaboramos son distintos, se tratan más de metas que queremos alcanzar y que nos llevarán a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Un estudio de la empresa de investigaciones de opinión y publicidad, TNS Global realizada en 2015, arrojó que los propósitos de año nuevo más comunes en México son:
¿Qué opinas?, ¿se parecen mucho a los tuyos? Te sorprenderá saber que para muchas personas el problema no es redactar cuáles quieren que sean sus metas para el próximo año, sino saber dónde y cómo empezar a cumplirlas.
Peter Bregman, consultor y escritor de la revista Harvard Business Review, comenta que nuestro error más grande al elegir los propósitos para el nuevo año es que no elegimos cosas medibles, realistas, alcanzables, específicas y con plazos determinados.
Nuestros propósitos no son pequeños, son de grandes situaciones que esperamos que pasen para así poder cambiar nuestra vida, y ahí está el problema, son tan extensos que no sabemos por dónde iniciar.
Él propone estos sencillos pasos para ayudarnos a redactar propósitos y no morir en el intento:
1: Desglosa lo que estás tratando de alcanzar...
Pon en práctica un sistema que te ayude a planificar tus metas. Si tu deseo es comenzar a hacer ejercicio, delimita que estás dispuesto a hacer para lograrlo: ¿cuántas horas a la semana vas a entrenar?, ¿vas a inscribirte en un gimnasio o empezarás en casa?, ¿irás con un nutriólogo(a)? Transferir nuestras metas al calendario, nos puede ayudar a ver nuestros sueños como realidades por las que hay que trabajar cada día.
2: Visualiza el fracaso...
Nuestros propósitos de año nuevo suelen tener un trasfondo personal, y al ser conscientes que fallar ocasionaría mucho daño, muchas personas prefieren ni siquiera empezar. El fracaso da miedo, eso es normal, pero piensa en esto: ¿no estás ya fallando al no intentarlo siquiera?
Al analizar la vida de personas "exitosas", podrás darte cuenta que fallan del 30% al 50% del tiempo. Su éxito está forjado en todas las veces que tuvieron que levantarse del suelo y seguir adelante para alcanzar sus metas. Peter Bregman menciona que si visualizamos cuál es el peor escenario con el que nos podríamos encontrar, nos será más fácil enfrentar nuestros miedos y salir adelante.
3: Pequeños pasos llevan a grandes cambios...
Vive cada día, ten presente qué es lo que quieres lograr pero no dejes que esa imagen te impida disfrutar cada momento de tu camino al cambio. Pon un pie frente del otro y cuando menos te des cuenta ya habrás subido una montaña.
No olvides que no es necesario que sea primero de enero para cambiar algo que no te gusta o seguir el sueño que está en tu mente, tú eliges cuando iniciar, aprende de tus experiencias y perdona tus errores.
Espero que este comienzo te traiga todo lo que has estado buscando.